Escrito por 11:22 AM Destinos

NUEVA YORK: la ciudad donde no paran los sueños

Es la ciudad de los contrastes. John Kander y Fred Ebb compusieron “New York, New York” para una pe…
Nueva York

Por Guillermo Romero Salamanca

Es la ciudad de los contrastes. John Kander y Fred Ebb compusieron “New York, New York” para una película protagonizada por Liza Minnelli. Pasaron tres años y el tema sólo quedaba en el filme, pero un día Frank Sinatra, con su portentosa voz, hizo una versión que se convirtió en el himno de la ciudad y la bautizó para siempre como la ciudad que nunca duerme.

Sin embargo, es difícil encontrar un desayuno tipo 8 de la mañana, porque aún no han abierto los restaurantes. En Nueva York todo el mundo va de afán. Uno no sabe para dónde se dirigen miles de personas abrigadas con prendas oscuras, ataviados con una taza de café en una mano y con un celular en la otra. Es necesario caminar siempre por la derecha, estar atento a las señales de los semáforos –donde la luz verde es blanca– y a las bicicletas que vienen en contravía con un domicilio.

Si no se pone al ritmo de los caminantes, puede ser empujado o recibir una mirada amonestadora de un peatón que lleva su prisa. En Nueva York hay que hacer fila para todo: Si quiere subirse al metro, haga fila, si desea almorzar en un restaurante, ingresar a una obra de teatro, comprar un pan, rezar en la Catedral de san Patricio o ver el mítico árbol de Navidad que levantan anualmente en el Rockefeller Center, en el centro de Manhattan.

Nueva York, lo han dicho mil veces y lo publicó Gay Talesse en The New York Times, es una ciudad de contrastes. Allí se encuentran centenares de nacionalidades, idiomas, pensamientos, criterios y negocios. Así como se deambula en medio de una selva de rascacielos de más de 500 metros de altura en los cuales se mueve la economía mundial, comandada por ejecutivos de Wall Street o de multinacionales, en las aceras se ven a decenas de habitantes de calle que reciben sus tres comidas al día y tienen sus albergues para pasar las frías noches de invierno, pero no reciben un café, sino simplemente “money”.

Nueva York

CIUDAD DE PELÍCULA

Las avenidas y sus edificaciones recuerdan escenas de películas como Batman, El hombre araña, Gotzilla, Mujer Bonita, La noche del Museo, Los Caza fantasmas, King Kong, El día después de mañana, Hombres de negro, Mi pobre angelito, Soy leyenda o El Padrino o, simplemente, la foto del inmortal beso de un marinero con una enfermera tomada el 14 de agosto de 1945 por el fotógrafo Alfredo Einsenstaedt.

Así como hay segundos para apreciar las vitrinas lujosas como las de los chocolates Ferrero, almacenes cuyos trajes costarían hasta miles de dólares, agencias de marcas de relojes y boutiques con lociones, cremas y perfumes, así también hay decenas de vendedores en las aceras con toda clase de chucherías, gorros, guantes, bufandas con precios desde un dólar hasta de 10.

A un lado de los restaurantes donde hay caviar, langostinos y filetes también hay decenas de carritos que venden los famosos pretzel, cortes de carne árabe o perros calientes de dudosa procedencia, que venden con salsa de tomate y mostaza cuya acidez perdura por horas en las gargantas de los comensales. Nueva York es la tierra o asiento de figuras del cine como Leonardo Di Caprio, John Leguízamo, Mel Gibson, Lady Gaga, Woody Allen,

Irena Cara,Marc Anthony, Jennifer López, Robert de Niro, Tylor Sweet y centenares más porque después de Hollywood, todos quieren filmar en esta metrópoli.

En Broadway están las luminarias del teatro o de los musicales. Sólo llegan allí los actores y actrices más talentosos del mundo. En esta época navideña el musical más popular es Aladdín, pero también no pierden su altura El rey león, Chicago, El fantasma de la ópera, Wicked y Los Miserables. Miles de personas viajan a Nueva York con el único fin de presenciar cualquiera de estas obras. Las boletas se consiguen desde 49 dólares y se pueden pedir con meses de anticipación.

Aladdin es un musical que tiene todas las características para atrapar a los espectadores que vienen de Japón, Europa, Bangladesh, India, Suráfrica, Brasil o Colombia. A la salida todos estarán tarareando el tema central de la obra.

Pero Nueva York es necesario caminarla para apreciarla mejor. Después de doblar el cuello un buen rato para admirar las torres y los nuevos edificios en construcción, porque la ciudad cambia todos los días. Se remodela.

Adquiere nuevos visos. Hay casi 300 rascacielos llenos de vidrios y remaches que  superan los 150 metros y se concentran en Midtown, Lower Manhattan, aunque también hay otras moles en Brooklyn, Queens y en el Bronx.

El edificio más alto es el One World Trade Center con 541 metros de altura, el más alto de los Estados Unidos y el séptimo en el mundo. Cada año lo visitan unas tres y medio millones de personas. Pero siempre será de visita obligada para contemplar la ciudad desde el último piso del Empire Stare Building con sus 426 metros y desde luego, se debe pasar por el monumento construido como homenaje a las víctimas del criminal acto terrorista del 11 de septiembre del 2001.

En el lugar donde estaban las Torres Gemelas se encuentran ahora asentadas dos enormes fuentes sobre las que desembocan unas llamativas cascadas artificiales. En los paneles de los laterales de las fuentes se pueden leer los nombres de los fallecidos en el trágico acontecimiento. Todos los días hay flores frescas y miles de personas se acercan allí a ofrecer una oración. Los andenes y las orillas de las vías de Nueva York tienen colillas por doquier. A pesar de las jornadas de limpieza, los fumadores continúan con su vieja práctica de creerse los dueños del mundo y arrojan sus porquerías en plena vía pública.

Visited 21 times, 1 visit(s) today
Etiquetas: , , Last modified: 10 de septiembre de 2023
Close